
El Arcano Mayor de la Muerte aterroriza a los profanos del tarot. Es una carta mucho menos temible de lo que normalmente se le atribuye, incluso implicando ciertas cosas amargas o desagradables.
Es una carta de agua, su planeta es Plutón y el signo zodiacal es escorpio.
En la carta observamos un esqueleto con una armadura negra que monta un caballo blanco. El esqueleto es amarillo, indicando que, aunque es la muerte, también es parte de la energía vital. Su armadura es del color que absorbe todos los colores, el negro, igual que la muerte absorbe todas las vidas y las contiene. En contraste está el caballo blanco, pues el blanco, es el color que repele todos los colores. Blanco y negro representa el juego constante entre la vida y la muerte y como una no puede existir sin la otra. El color gris de la carta, es la incertidumbre ante la vida.
En el tarot de Marsella la muerte lleva una guadaña, en el tarot wite-rider, la muerte lleva un estandarte, negro y blanco, con la imagen de la rosa mística, símbolo de vida y realización plena. Ella nos indica, que, para alcanzar la vida, hay que ceder ante la muerte, no hay que temer a los cambios, ni a las perdidas, pues sólo eso nos pueden llevar a una nueva vida. Esta nueva vida la representa el sol que sale por el horizonte entre dos pilares símbolos de la sabiduría.
El arcano de La Muerte en el amor
El arcano mayor la Muerte en el amor también representa cambios. Normalmente son cambios positivos tanto si se pregunta por un nuevo amor como si preguntamos por el amor actual, pero dependiendo de si la carta precedente es negativa, los cambios pueden ser a peor. No suele suceder, pues todos los cambios son buenos, aunque no nos guste. Muchas veces sabemos que estamos en un amor que no nos conviene, que no somos felices o que somos incompatibles, pero nuestros sentimientos son tan fuertes que no tenemos la fuerza de dejarlo ir.
Este arcano en el amor, nos asegura que el cambio se va a producir. Si no nos resistimos, aceptando lo que viene, será un cambio dulce y a positivo. En el caso de poner resistencia, sufriremos, pues el cambio se va a producir sí o sí.
Cuando preguntamos por la pareja, la Muerte, puede ser el inicio de algo nuevo dentro de la relación. Las parejas que no intentan cambiar y se condenan a vivir siempre lo mismo, cometiendo los mismos errores, saben que se aproximan irremediablemente a su fin. En este caso esta carta significa una purificación, un fin necesario para una nueva oportunidad en el amor, dentro de la pareja.
Si preguntamos por un amor nuevo, este llegará. Nos vendrá un romance con perspectiva de ser nuestro gran amor tal como queremos nosotros, estable y duradero.

La carta de la Muerte en el Tarot
A los pies de la muerte, hay cuatro personajes que representan toda la humanidad. El rey con su corona y cetro caído, yace en el suelo. Para tales personas, el cambio es verdaderamente una muerte y una muerte dolorosa. El sacerdote, en cambio se rinde a la muerte sereno y tranquilo. Su espiritualidad le permite aceptar la situación con calma, y el color amarillo de sus ropas indican su esperanza en la vida. La doncella se rinde a medias, como todos los jóvenes al hacerse adultos intentan volver la cara a las amarguras y cambios de la vida, aun sabiendo que son necesarios e inevitables. La niña es plenamente inocente, no sabe nada de la vida. Con la confianza de la inocencia se aproxima a la muerte y le ofrece unas flores. Esta muerte no es una muerte física, sólo espiritual.
Todos en nuestra vida pasamos por momentos de transformación, a veces dulce, a veces amarga, y muchas veces nosotros lo hacemos más amargos al aferrarnos a lo que ya no nos sirve. La carta de la Muerte es liberadora y transformadora, si sabemos asumirla.
En posición normal es renovación, cambio, perdida de algo que consideramos valioso, que nos duele dejar, pero que nos está impidiendo avanzar. Renovación completa del yo que nos beneficiará.
En posición invertida, estancamiento de un proyecto, depresión, tristeza, obstinación en rechazar un cambio inevitable, seguir llorando una perdida, negarse a olvidar.
En varios aspectos, esta carta es similar a la carta de la rueda de la fortuna, excepto que esta carta siempre habla de periodos difíciles. Es una carta de transformación, se produce una ruptura con el pasado y hay un nuevo comienzo. Es el fin de un ciclo y la transición hacia un nuevo estado, ya sea para bien, o para mal, según la carta que le preceda. Como la carta del loco, tenemos que ver hacia donde se dirige el cambio, por lo que las cartas que les acompaña, son importantes, para saber hacia dónde es.